EL MISTERIOSO REGRESO DEL CLASICISMO
Mientras toda Europa engalanaba sus proyectos de diseño con las molduras llameantes del gótico flamígero, los creadores de la Toscana revitalizaban el arte de sus antepasados: el arte del Imperio Romano. En realidad, el clasicismo nunca se había abandonado completamente en Italia y la propia figuración gótica, aunque estilizada, impulsaba la representación naturalista. En los albores del siglo XIV Giotto había recuperado la volumetría escultórica de la plástica antigua, pero este conato de clasicismo agonizó décadas después infectado por la calamidad de la peste negra. La Edad Media estaba esperando a otro artista tan influyente como él: Brunelleschi.
En 1425 el clasicismo grecorromano regresa para convertirse en la cultura artística identitaria de Occidente: cinco siglos de evolución lo refrendan. ¿Por qué el clasicismo? ¿Qué avala a la decoración clásica frente a otras? Absolutamente nada. Nos falta una explicación, como confiesa John Summerson en El lenguaje clásico de la arquitectura. Sólo podemos conocer los efectos de una preferencia estilística renacida en Italia a principios del siglo XV como revitalización de un arte regional, que se convirtió, nadie sabe por qué, en universal para Occidente. En todo caso, una convención artística injustificada, casi un secreto compartido por todos los habitantes de Occidente durante quinientos años.
Mucho tiempo, muchos lugares, defendido y reinterpretado por innumerables artistas, el clasicismo se muestra escurridizo cuando tratamos de sistematizarlo en fases, pues no evoluciona siguiendo una línea única y clara sino dibujando una ramificación arborescente. Ante un panorama tan vasto y polimorfo, se impone una estructuración introductora que separe las fases esenciales del estilo y adjunte algunas de esas ramas indómitas o subestilos. Después de cada fase señalamos los capítulos donde pueden encontrarse ampliaciones.
RENACIMIENTO (1425-1525)
CLAVES
Ornamentación: recuperación de ornamentos clásicos, sobre todo el corintio romano, y su difusión gracias a la imprenta (Alberti y otros tratadistas).
Arquitectura religiosa: recuperación de tipologías cristianas antiguas: la basílica paleocristiana (Brunelleschi, San Lorenzo, Florencia), el martirio paleocristiano (Bramante, San Pedro, Roma).
Arquitectura civil: paulatina concreción del palacio renacentista, iniciada en Florencia (Michelozzo, palacio Medici) y terminada en Roma (Sangallo, palacio Farnesio): grandes palacios urbanos de desarrollo horizontal, divididos en tres alturas y coronados con amplias cornisas; paramentos distintos para cada piso, generalmente almohadillado en la base, y huecos destacados con molduras simples y en ocasiones frontones y ménsulas.
Interiores: trampantojos en las salas de recepción.
Muebles: volúmenes prismáticos y surgimiento de la marquetería naturalista; muebles con ornamentaión arquitectónica.
1. EL ESPACIO BASILICAL
1. EL ESPACIO BASILICAL
1. Modularidad y perspectiva realzadas por el "trazo" gris: San Lorenzo (1428), Florencia |
Brunelleschi Además
de inventar la perspectiva hacia 1416, Brunelleschi recuperó
el interiorismo eclesial paleocristiano, es decir, la basílica en su forma pura
original. Promovió la planificación ordenada por módulos regulares que
revelaran al espectador la simetría y la estructura clara del diseño: a este
fin sirven las columnas que separan las naves en los templos, conectadas a su
vez con pilastras adosadas a los muros, todas ellas de color más oscuro que los
paños y paredes, casi como trazos de lápiz sobre papel blanco: San Lorenzo
(figura 1), pero también Santo espíritu, ambas en Florencia. En interiores
carentes de estructuras a la vista, Brunelleschi maquilla las paredes con
falsas pilastras y dinteles que facilitan la lectura y casi la medición del
espacio al espectador (figura 2). En adelante, será característico del diseño
de interiores del Renacimiento esta misma claridad compositiva, esta fácil
inteligibilidad: el visitante contempla un espacio ordenado, en reposo y
equilibrado, que su inteligencia comprende al primer vistazo.
2. Pura decoración parietal, fragmentación modular: Sacristía de San Lorenzo, Florencia, diseño de Brunelleschi |
Alberti destacó como teórico (Los diez libros de arquitectura) pero
también como diseñador, especialmente en San Andrés (Mantua), donde la imagen del
antiguo arco de triunfo modula la fachada y los
tramos interiores en perfecta coherencia. Esto es algo absolutamente inusual, ya que
lo corriente en los templos era y es que las fachadas y los interiores no tengan nada
que decirse.
4. Coherencia formal exterior e interior por medio de un módulo gigante a guisa de arco de triunfo: Sant'Andrea, Mantua. Decoración ilusionista: candeleros, casetones, etc. |
5. Literalidad arqueológica en este interior basilical debido a Giulio Romano: Catedral de Mantua, 1540. |
2. EL PALACIO RENACENTISTA
6. Bartolomeo di Michelozzo, Palacio Medici-Riccardi, s. XV. |
Crecimiento horizontal A diferencia del palacio
medieval, el palacio clásico se ha liberado de funciones defensivas y ya no
crece en vertical sino en horizontal, como ampliando su protagonismo urbano.
Las angostas saeteras del pasado son sustituidas por ventanales suficientes para
iluminar las excelencias decorativas del interior. El lujo y el buen gusto se
exhiben mediante colecciones artísticas de muebles, artes suntuarias y artes
plásticas. Además, Alberti recomienda en su libro De la familia que las
familias prominentes colecciones piezas de arte para enriquecerse
culturalmente. Se construyen palacios urbanos de unas dimensiones sin
precedentes como baluartes del poder de los linajes poderosos (los Médicis,
los Gonzaga, los Farnesio) y seguirán creciendo en el Barroco por influencia de
Versalles. En la imagen, el Palacio Medici-Riccardi, modelo de palacio italiano
de inagotable trascendencia (fig. 6).
Decoración Se da prioridad a los espacios públicos:
el vestíbulo, la biblioteca, el estudio y muy especialmente la galería, donde
se exhiben las riquezas artísticas. No había comedor: se habilitaban mesas
plegables y gracias a ellas se podía comer en cualquier lugar del palacio.
Por desgracia, se han
conservado poquísimos ejemplos de aquellas decoraciones, casi siempre
habitaciones con sorprendentes trampantojos realizados con pintura (figs. 8 y 10) e incluso con marquetería (figs. 7, 8 y 8 bis), arte en el que nadie ganaba a Fray Giovanni de Verona.
8.bis. Detalle del conjunto anterior
8. Paneles marqueteados en la sillería de Santa Maria in Organo, Verona, realizados por Fra Giovanni
10. Grutescos aéreos, ligeros, tomados de la Domus
Áurea: Da Udine, palacio Apostólico (Roma)
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aaaaaaaaaPor último destacaremos algo que en su día fue una
curiosidad pero que gozará de gran futuro. En 1506, entre los restos de la Casa Dorada del
emperador Nerón, se descubrieron dos cosas que atrajeron la atención de
los artistas: la dramática estatua del sacerdote Laocoonte y sus hijos, y la
finura y levedad de los grutescos. Giovanni Da Udine se inspiró en ellos
para decorar galerías del Palacio
Apostólico. El grutesco de la Domus Aúrea cobrará mayor importancia, sin
embargo, en el Neoclasicismo.
Por desgracia, se han conservado poquísimos ejemplos de aquellas decoraciones, casi siempre habitaciones con sorprendentes trampantojos realizados con pintura (figs. 8 y 10) e incluso con marquetería (figs. 7, 8 y 8 bis), arte en el que nadie ganaba a Fray Giovanni de Verona.
8.bis. Detalle del conjunto anterior |
8. Paneles marqueteados en la sillería de Santa Maria in Organo, Verona, realizados por Fra Giovanni
10. Grutescos aéreos, ligeros, tomados de la Domus Áurea: Da Udine, palacio Apostólico (Roma) |
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11. Falso balcón en Villa Farnesina, Roma |
Sedia dantesca, sillón de caderas o jamuga |
Por su parte, el sillón renacentista de cuatro apoyos los tiene de sección rectangular, y mejora su estabilidad con chambrana y travesaños. A la versión austera de este sillón se le denomina en España “sillón frailero”.
Sedia Savonarola. Tijera como la anterior, pero con barras paralelas |
El mueble renacentista propiamente dicho repite las formas de la arquitectura clásica. Los armarios en particular parecen rematados por cornisas y es habitual adornarlos con pilastras y arcos en relieve. También los faldones de las mesas se asemejan a entablamentos clásicos, las patas imitan a las columnas y los balaustres, e incluso se recupera el apoyo grueso y escultórico de origen romano denominado “trapezóforo”.
Sillones |
Cassapanca o arquibanco |
Arcón o cassone con frente pintado Son tres las posibilidades de adorno: pintar directamente, pintar sobre yeso fresco (pastiglia, en italiano), y tapizar con un lienzo previamente pintado |