INTRODUCCIÓN AL JAPONISMO
Así
como China había inspirado a la decoración occidental del siglo XVIII, a
finales del XIX se percibe la influencia de la cultura japonesa en el
diseño europeo. Influencia esta vez minoritaria, que suscita la
oposición al art nouveau organicista por el empleo de líneas
compositivas ortogonales y una carga ornamental limitada e incluso
anecdótica que favorece el motivo de las retículas siguiendo los diseños
del interiorismo doméstido japonés (fig. A).
En Escocia, un diseñador de personalidad artística extraordinaria, Charles
Rennie Mackintsoh, interpreta el interior japonés y es pronto imitado en Estados Unidos por Frank
Lloyd Wright y en Viena por Joseph Hoffmann y Otto Wagner.
A. Pabellón de Te en el Palacio Imperial de Katsura, Japón, siglo XVII |
CLAVES DEL ESTILO
No todo es imitable: un interior occidental tiene sus reglas para que nos resulte operativo. Si echamos un vistazo a la imagen de la derecha, un interior tradicional japonés, deducimos estas características y sus posibilidades para el diseño occidental.
1. Tendencia a la bicromía. Más marrón-beige que blanco y negro, pero reducción cromática en cualquier caso. Esto es fácil de imitar en interiorismo y mueble.
2. Estructuras de madera ebonizada o lacada con una barniz muy oscuro o negro. Esta característica también es fácil de imitar.
3. Superficies cuadriculadas. Todo son barras paralelas y cuadriculadas de distinto ritmo: los shoji y fusuma (puertas correderas, respectivamente traslúcidas y opacas), los tatami (paneles del suelo, óptimos también para dormir), las vigas de los techos, los barrotes de las fachadas. En Occidente, podemos usar la imagen de la cuadrícula como patrón o motivo decorativo en revestimientos y muebles.
4. No hay asientos occidentales, sino lugares para acuclillarse. No hay camas: se usan tatamis. Casi el único mueble aprovechable para el interior occidental es la lámpara en forma de cajón.
EL JAPONISMO ANTES DE MACKINTOSH
Antes
de Mackintsoh la influencia del diseño japonés puede encontrarse en
piezas muy elegidas y casi siempre británicas. Traemos dos imágenes, un
interior y un mueble, decorados por Whistler con uno de los animales
icónicos del art nouveau: el pavo real.
A
IMÁGENES
1.
"Armonía en oro y amarillo", aparador diseñado por Edward W. Godwin y
pintado por James MacNail Whistler. Incluye incrustaciones de cristal, latón y
pintura. Míralo con atención y descubrirás que no difiere tanto de los
aparadores Chippendale; el pequeño frontón partido aún sigue ahí. ¿Dónde
está lo japonés? Sobre todo en la pintura dorada, que nos hace pensar
en la decoración de algunos kimonos y en las superficies cuadriculadas de los batientes.
1. "Armonía en oro y amarillo" |
2. Sala del Pavo Real (Peacock Room) con pavos reales pintados por Whistler en 1877, hoy en la Freer Gallery
of Art, Washington. En este caso la fragmentación ortogonal recuerda
menos a Japón y más al gótico perpendicular característico de
Inglaterra.
3. Jardín japonés de la mansión de Albert Kahn en Boulogne, Francia, 1911.
2. Sala del Pavo Real |
3. Jardín de Albert Kahn |
MACKINTOSH
Aunque
buscó la independencia profesional con ahínco, Charles R. Mackintosh
(1868-1928) nunca logró superar las dificultades económicas y murió casi
en la ruina. Su obra finiquita las aportaciones del Art Nouveau; hay que tener en cuenta que Mackintosh
pertenece a una generación posterior a la de Gaudí y Horta, de modo que
su sensibilidad difiere de la de sus predecesores organicistas.
Hoy nos admira la originalidad de su estilo, singular e inconfundible como el de todos los grandes, a menudo precursor del Movimiento Moderno.
A
Hoy nos admira la originalidad de su estilo, singular e inconfundible como el de todos los grandes, a menudo precursor del Movimiento Moderno.
A
4 y
5. Willow Tea Rooms (Salones de Te "Sauce"), 1901-1904, Glasgow. Frente
al dinamismo y la sensualidad turbulenta del Art Nouveau organicista,
Mackintosh aporta sosegada ortogonalidad. La ornamentación es siempre geométrica en respaldos,
casetones y ventanas. La conjunción fuste-lámparas nos hace ver
columnas. La segunda imagen corresponde la la Habitación de Lujo (Room of Luxe) dentro del mismo establecimiento, reservado entonces a las damas. No se veían respaldos tan elevados desde el Luis XIV.
6. Comedor en la casa de Mackintsoh, Glasgow, hacia 1905. La decoración floral produce leves destellos, como la seda del kimono; el aparador se inspira tanto en el mueble románico (amplias bisagras) y los respaldos se terminan con copetes a guisa de corolas florales sumamente estilizadas. La silla que contemplamos en la Argylle Chair, a la venta en numerosos establecimientos anticuarios.
6. Comedor en la casa de Mackintsoh, Glasgow, hacia 1905. La decoración floral produce leves destellos, como la seda del kimono; el aparador se inspira tanto en el mueble románico (amplias bisagras) y los respaldos se terminan con copetes a guisa de corolas florales sumamente estilizadas. La silla que contemplamos en la Argylle Chair, a la venta en numerosos establecimientos anticuarios.
5. Willow Tea Room |
8. Biblioteca de la Escuela
de Arte de Glasgow, hacia 1909. Además de estudiar en ella y conocer en
ella a su futura esposa (Margaret MacDowell), Mackintosh recibió el
encargo de reformarla y redecorarla. Trabajo que completó a lo largo de diez años.
6. Comedor en casa de Mackintsoh, sillas Argyle |
10.
Interior del restaurante Bokado en el Museo del Traje de Madrid, con
sillas de respaldos altos, claramente inspiradas en Mackintosh.
7. Dormitorio, Hill House |
8. Glasgow Art School |
9. Silla Hill House, Mackintosh |
10. Bokado, Madrid |
WRIGHT
Frank
Lloyd Wright (1867-1959) fue un prolíficos
diseñador en Estados Unidos y Japón. En una carerra que abarca setenta años
practicó todos los estilos imaginables salvo el funcionalismo, cuya
frialdad rechazaba, y se mantuvo a la moda hasta el último minuto.
Coetáneo de Mackintosh y admirador del diseñador escocés, Wright fusiló
varias de sus piezas y las distinguió con muy leves variaciones. Su
pasión por la cultura japonesa fue tan imperiosa que después de la Primera
Guerra Mundial emigró a Japón y y diseñó allí diversos edificios en el
estilo vernáculo del país que hoy nos parecen más japoneses que todo lo
japonés autóctono.
En el tiempo que nos ocupa, anterior 1914, Wright diseñaba casas unifamiliares para las mejores
familias de Chicago que se promocionaban como "Prairie Houses" (Casas
de la Pradera). No es raro que presenten techumbres combadas imitando a
las pagodas orientales. El interior se muestra ordenado, cálido, siempre
luciendo la carne de la madera, y como cualquier otro diseñador
europeo, incorpora vidrieras en las ventanas.
A
IMÁGENES
11.
Estudio del propio diseñador en su casa, Wright House, Oak Park, Chicago. Wright recibía a sus
clientes en este espacio octogonal (es decir, divino) repleto de
elementos estructurales y decorativos que refuerzan la impresión de
racionalidad.
12. Sillas "Barril", por Wright |
12. Sillas "Barril", lograda variante de la caqueteuse de Mackintosh.
13
y 14. Casa Robie, Hyde Park, Chicago, 1908-1910. Salón distribuido con
planteamiento basilical, el efecto acentuado por la bóveda dividida en
tres largueros y la prolongación casi absidial de la habitación
contigua. De Japón proviene el gusto por dejar amplios espacios entre
los muebles, y de Mackintosh, el estilo de las sillas de elevadísimo
respaldo y las vidrieras figurando con pulcra estilización motivos
vegetales, en este caso espigas.
15
y 16. Hotel Yamamura, cerca de Kobe, Japón, 1920. Los muebles no son de
Wright, pero sí el planteamiento decorativo del salón, muy similar al
de la casa Robie, y la fachada. 11. Estudio de Wright en su casa de Oak Park |
14. Casa Robie, Wright |
13. Casa Robie, Wright. |
15. Hotel Yamamura, Kobe |
16. Hotel Yamamura, Kobe |
Geometrías estrictas y cuadrículas de recuerdo japonés. Armario diseñado por Koloman Moser. Colección del Museo Leopold de Viena |
WIENER WERKSTÄTTE
Silla diseñada por Peter Behrens. Estructura clásica. Travesaños pareados a juego con las aldabas del respaldo, es decir, decoración geométrica al estilo de Mackintosh |
Peter Behrens, Otto Wagner, Josef Hoffmann y Koloman Moser se cuentan entre los diseñadores centroeuropeos que más admiraron la obra de Mackintosh. Los dos últimos pertenecieron a un grupo de artistas y diseñadores de vanguardia autodenominado Wiener Wersktätte (más o menos, "Manufactura de Viena") y su diseño se caracteriza por la decoración con motivos geométricos, particularmente pequeños cuadrados (tomados de Mackintsoh), rayas paralelas y bolas. Tanto la influencia del clasicismo en su obra, como las fechas, permiten englobar esta obra ya en la cultura material denominada Art Decó, su primera manifestación incluso.
Sillón diseñado por Koloman Moser para el Sanatorio Purkersdorf. Colección del Museo Leopold de Viena. |