26. Introducción a la Edad Contemporánea (desde 1775)


En la Edad Contemporánea el clasicismo ha dejado de ser la única fuente de inspiración para el diseño europeo. Dos disciplinas intelectuales, la arqueología y la historia, comenzaron a resultar cada vez más atractivas a los habitantes del siglo XIX y despertaron su curiosidad por el arte de civilizaciones remotas en el tiempo y el espacio. Pero este conocimiento no se quedó en deleite espiritual; por el contrario, se empleó para revitalizar viejos y exóticos estilos e incluso para hibridizarlos. Llamamos "eclecticismo" precisamente a esa mezcla estilística. Practicada con intensidad sobre todo entre 1850 y 1920, ha llegado a caracterizar el diseño de nuestro tiempo.  
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He aquí la lista de las CULTURAS ARTÍSTICAS que han desarrollado estilos de raigambre clásica en la Edad Contemporánea.
-el Neoclasicismo,
-el Romanticismo,
-el Modernismo,
-el Art Decó,
-y el Posmoderno.
Pasemos ahora a introducir cada una de esas culturas.
           
El Neoclasicismo (1775-1825). Sí, ya le oigo protestar. En efecto, desde el rigor filológico todas las fases anteriores también eran neoclásicas, pero solo a ésta le han otorgado el nombre. El clasicismo paladiano, equilibrado y blanco, salta de Inglaterra a Estados Unidos. Expulsa las asimetrías de la rocalla y regulariza los espacios con cuarterones y cenefas geométricas.
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Kitchen Stories, Madrid.
1. Estilo Luis XVI (1775-1800). El también llamado estilo Adam (Reino Unido) y Carlos IV (España) mantiene el gusto rococó por los colores pálidos, desvaídos y pastel, así como el blanco, ahora el favorito. Pero en contra del rococó, remplaza las líneas sinuosas, asimétricas y orgánicas por esquemas geométricos regulares.
Hemos de destacar la trascendencia del estilo Luis XVI, acaso el más empleado en los hogares a lo largo de los últimos dos siglos, aunque no se trate, lógicamente, de versiones tan refinadas como las que se contemplarán en estas páginas. Curiosamente, en los inicios del siglo XXI, está muy de moda. 

2. Estilo napoleónico o Imperio (en España también estilo fernandino) (1800-1825). La personalidad de Napoleón explica la solemnidad a veces exagerada del mueble y la decoración de estilo Imperio (también se dice estilo Directorio). El estilo napoleónico nace de su imponente dictador y de la pareja de humildes diseñadores Pierre Fontaine y Charles Percier. La trascendencia del estilo imperio se apreciará más adelante, cuando Ruhlmann lo restaure en plena cultura Art Decó.
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El Romanticismo (Francia, 1825-1890). El Romanticismo es la primera cultura artística de Occidente caracterizada por un eclecticismo absolutamente libre; y tan amplio que tolera no solamente la resurrección de los estilos anteriores a la caída de Roma, sino también los medievales y todas las variantes estilísticas del clasicismo moderno. Porque lo que está de moda es la Historia misma, y ninguno de sus capítulos desmerece atención. El libro fundamental del diseño romántico lo publicó en 1851 Owen Jones (The Grammar of Ornament), una asombrosa recopilación de ornamentaciones históricas.  
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1. Estilos clásicos: neobarroco, neomanierista, etc. Los teatros de ópera, los palacios y los hoteles de lujo elaboran una pulposa retórica clásica de inspiración barroca. Los interiores rebosan de tapicerías, alfombras y cortinas. A partir de 1870 los tejidos se tiñen con anilinas, tintes muy brillantes. Los muebles se contorsionan recordando el Luis XV o repiten las fórmulas del Imperio.
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2. Estilos medievales: neogótico, neomudéjar, etc. En la primera Exposición Internacional (Londres, 1951), el anfitrión proclama un nuevo reinado para el gótico, que recorrerá media Europa durante medio siglo, desde el Parlamento británico hasta la Almudena de Madrid. Las naciones europeas se apresuran a rescatar sus particulares estilos medievales. Así en España predominan los palacios de estilo Reyes Católicos, neomudéjar y neoplateresco.

El Modernismo o Art Nouveau (Francia, 1890-1915). La vivaz y colorista cultura modernista parte del rococó para obtener, desde de un eclecticismo a menudo arrollador, resultados inusitados. El más reconocible de sus rostros lo muestra la decoración de estilo organicista, donde la curva del latigazo, irregular y lánguida, anegando estructuras y ornamentos, impone un ritmo sensual.  A

El Art Decó (Francia, 1905-1970). Continuación del clasicismo en el siglo XX.  A
1. Estilo neo-Imperio. Se inspira en el neoclasicismo del tiempo napoleónico (posterior a 1800), arcaizante por su severidad volumétrica y la tirantez de su decoración geométrica y abstraizante. Estilo mayoritario.  

2. Estilo aerodinámico. Clasicismo de resbaladizos entablamentos, permeable a las coloraciones suaves, inspirado en adornos y complementos propios de algunos medios de transporte en aquel tiempo reservados exclusivamente al lujo: el yate, el transatlántico y el avión. Este estilo tiene escaso desarrollo interiorista fuera de Estados Unidos.

El Posmoderno (Estados Unidos, 1968). El clasicismo de los hijos cuyos padres crearon el Movimiento Moderno resucita no solamente los estilos históricos llamados internacionales (románico, gótico, clásico) sino también los tradicionales de cada región (estilo folclóricos o vernáculos) en su pretensión de aproximarse semánticamente a los usuarios, es decir, hablándole con lenguajes decorativos que pueda comprender. Esta cultura artística comprende todos los estilos habidos y por haber; y, en los mejores ejemplos, son manipulados con ingenio manierista, buscando el guiño, la gracia, el humor.  

Haus im Haus, Berlín.
¿Y el futuro? Lejos de desaparecer, parece que el clasicismo se proyecta poderoso sobre el siglo XXI, aunque matizado por influencia de los estilos del Movimiento Moderno. En la imagen presentamos el restaurante Haus im Haus que resultó ganador en 2009 con el primer premio al mejor diseño interiorista otorgado por la IIAD de Chicago. Realización de Behnnisch Architekten (Stuttgart), preside el color blanco, esto es, el color clásico por excelencia (icono de Palladio). El sillón de la entrada se infla de capitoné bajo un girándula de lágrimas; en el salón principal la sillas vuelven sus copetes en voluta (estilo Imperio) y los reservados superiores se tapizan con tela de damasco (estilo manierista).