Dormitorio de Luis II en Neuschwanstein empanelado de madera (se distinguen pergaminos decorativos) y cama coronada por una cresta flamígera. |
MEDIEVALISMO EN EL ROMANTICISMO
-El gótico es el estilo más popular, porque se tienen más referencias decorativas de él e incluso se conservan muebles, pero sobre todo por haber sido un estilo internacional.
-Colores muy intensos en todo el Romanticismo, sea en lo clásico como en el medieval.
-Los estilos medievales recuperados incluyen a los islámicos. Los mejores palacios nunca se privan de un "saloncito turco" o un "gabinete árabe" destinado sobre todo a fumar, aunque no necesariamente la shisha.
Nómina y obras Tres diseñadores ingleses recaban nuestra atención: el pionero Augustus Pugin (Cámara de los Lores, Westminster, Londres), William Burges (castillo de Cardiff, Gales, Reino Unido) y William Morris, un gran diseñador y líder carismático (vése en el cap. 32). En Francia destaca Violet-le-Duc
(habitaciones en el castitillo de la Roqueillade).
ESCAPISMO HISTORICISTA En
el Romanticismo, se lo crea usted o no, la Historia estaba de moda. Y lo
estaba porque se trataba de una disciplina intelectual novedosa (incluso
en las revistas femeninas se imprimían artículos de historia) y porque en el
teatro, el ballet, y muy en particular la ópera -el arte decomonónico y
romántico por excelencia- los argumentos se insertaban en ambientes históricos,
que justificaban la recreación de trajes y decoraciones pretéritos.
Así empezó a hablarse de estilos historicistas o de estilos “neo”: neoclásico,
neobizantino, neomudéjar, neogótico, neobarroco, etc. De los estilos que
revitalizan el clasicicismo nos hemos ocupado en el capítulo anterior. En este nos ocupamos de los medievalismos. También la Edad Media triunfaba en la ópera decominonica: todo Wagner es medieval, la mitad de Verdi, Donizetti, eyc.
DISEÑO HISTORICISTA El diseño
retoma los estilos del pasado con gran libertad y los entremezcla llegando a un
liberador eclecticismo. La novedad interiorista y arquitectónica no hay que
buscarla tanto en el estilo como en la ideación de una serie de tipologías
inéditas y exclusivas del mundo contemporáneo, como museos, estaciones de
ferrocarril, bibliotecas públicas, grandes almacenes. ¿Qué estilo debe
corresponder a qué tipología funcional? Para elegir estilo se empleaban
dos criterios: uno funcional y otro regionalista.
Armario neogótico diseñado por Pugin. V&A Museum |
Funcional. En términos
generales, se construía secundando los estilos del clasicismo para aquellos
edificios en los que se deseaba comunicar solemnidad y dignidad ciudadana:
parlamentos, bibliotecas, museos, etc. Al tiempo, se edificaba con estilos
medievales (románico, bizantino, pero particularmente gótico) las iglesias y
otros edificios vinculados a las Iglesias cristianas como hospitales,
orfanatos, colegios, etc. Curiosamente, los diseñadores también prefirieron el
gótico para sus construcciones "tecnológicas" tales como puentes o
estaciones de ferrocarril.
Regional. Las
naciones europeas tendieron a resucitar los estilos medievales que les eran más
característicos. Inglaterra fue la que más edificios neogóticos construyó,
porque en las Islas se consideraba al gótico como “estilo nacional”. En Madrid,
sin embargo, se construyeron docenas de edificios en estilo mudéjar, esa
variante medieval exclusiva de nuestro país. Señalemos la Plaza de Toros
de las Ventas como grandioso ejemplar.
Azulejos diseñados por Owen Jones en 1842, inspirados en los nazaríes. V&A Museum. |
AUGUSTUS H. PUGIN Pugin, decorador del Palacio de
Westmister y su torre de reloj (el Big Ben) en estilo gótico perpendicular, influyó
en toda una generación de diseñadores. Fue autor de tres libros destinados a condenar el neoclasicismo y cantar las glorias del gótico. Para la Exposición Universal de Londres
de 1851 preparó una sección denominada “Corte Medieval”, y lo hizo con esmero
tan obsesivo que agotó su salud mental y falleció al año siguiente. Fue la
máxima personalidad europea impulsora del medievalismo gótico. Sus interiores más impresionantes son, a no dudarlo, la Cámara de los Lores en el parlamento británico (más bellos y espectacular que una catedral, para muchos de nosotros), y la preciosa iglesia católica de san Gil en Chedley, donde la responsabilidad de Pugin fue absoluta y pudo diseñarlo absolutamente todo.
a
OWEN JONES. Ya había muerto Pugin cuando otro compatriota, Owen Jones, publicó La gramática del ornamento (1856) para convertirse en el vademécum
fundamental del diseño historicista, pues recoge en numerosas planchas motivos decorativos antiguos y
medievales de toda Europa, es decir, exactamente aquello que el gusto
historicista estaba demandando. Del estudio de La Alambra, su principal
inspiración, deduce algunas leyes para explicarnos cuál es el buen ornamento:
temas naturales geometrizados; bicromía, máximo tres colores; ausencia de
claroscuro y de efectos de profundidad. En suma, Jones promueve la
ornamentación medieval frente a la naturalista del clasicismo.
Casa del Conde Sicart en BarcelonaEn el interior destaca la pianola gótica y la intrincada girándula, que parece inspirada en las coronas votivas prerrománicas que atesora el Museo Arqueológico Nacional de Madrid |
Espléndida decoración metálica en la Biblioteca del Senado de Madrid, hacia 1882. |