41. Movimiento Moderno: el estilo orgánico



Flaminio bertoni, Citroen DS.
Excepcionalmente, y como ya hicimos al estudiar el estilo aerodinámico, iniciamos el capítulo refiriéndonos al diseño industrial, porque en ambos casos -orgánico y aerodinámico- se trata de estilos principales para el diseño industrial y secundarios  para el mueble y el interiorismo. Sucede así porque los aparatos industriales son de muy reciente invención y solo en casos excepcionales se les aplica decoración clásica. Por ejemplo, un coche puede ser "un clásico" por su fama y vigencia durante décadas, pero no existen, en rigor, coches de estilo clásico.

1. DISEÑO INDUSTRIAL
Boeing 787.
Para la producción industrial, el estilo orgánico es el más importante de todos los lenguajes formales. Las carcasas de motores, sean para un exprimidor, un coche o un avión, siempre se pliegan al estilo orgánico. Pero ¿a qué se debe esta dictadura estilística?
-En diseño de carcasas y fuselajes para vehículos de transporte, el estilo orgánico sirve para otorgar un rostro al automóvil. El rostro enternecedor de los delfines se reproduce en las cabeceras de los aviones y crea una conexión sentimental entre el objeto y los usuarios; sobre todo, el avión resulta menos amenazador para los viajeros aprensivos. También se emplea la fisionomía en el diseño de coches porque, en gran medida, ante modelos de funcionalidad semejante, el comprador se deja seducir por aquel turismo cuya carita le resulta más atractiva. Los vehículos más famosos del siglo XX son todos aquellos que parecen mascotas, como el Escarabajo, la moto Vespa (es decir, Avispa) o el famoso Tiburón de Flaminio Bertoni, elegido coche del siglo, y que ilustramos bajo estas líneas.


-En interiorismo de transportes (aviones, trenes, etc.), el orgánico ofrece asientos envolventes cuyas meras formas publicitan un confort con frecuencia superior al que verdaderamente ofrecen. Además, en caso de accidente, la ausencia de aristas puntiagudas minimiza los traumatismos. 
-En carcasas de electrodomésticos, el estilo orgánico elimina la connotaciones negativas del robot. En general, la tecnología gusta a los varones, pero interesa menos a la mujer, la principal cliente de electrodomésticos y habitualmente la decoradora de la casa. Una licuadora envuelta en una carcasa de curvas y colores delicados coordina con las preferencias del gusto femenino general y convierte al electrodoméstico en un ornamento.
Marcello Nizzoli, máquina Mirella, 1956.

Henry Dreyfuss, termo para Thermos, 1936.
Richard Wilson, cafeteras Aromaster de Braun, década de 2000.















Abrigo de Balenciaga.
-En moda, finalmente, el orgánico continúa considerándose el estilo más prestigioso, el más elegante. Empezó a desarrollarlo antes de la II Guerra Mundial la incomparable Vionnet, y después de la guerra, le siguieron Christian Dior y Balenciaga. El modelado orgánico convierte los vestidos en corolas de flor y caparazones de moluscos. En décadas más recientes ha distinguido especialmente a Issey Miyake.


2. ARQUITECTURA E INTERIORISMO
Cuando el arquitecto desea ajustarse a la máxima "decoración cero" del Movimiento Moderno y simultáneamente proyectar monumentos o edificios representativos -la voluntad de convertir el edificio en icono de un lugar- recurre al estilo orgánico o al estilo expresionista. 
Wright, Johnson Wax, Racine, Wisconsin, 1944.
Al menos tres de esos monumentos de estilo orgánico se cuentan entre los más célebres del siglo XX: la iglesia de Nuestra Señora en Ronchamp (Le Corbusier), la Ópera de Sidney (Utzon) y la terminal de la desaparecida aerolínea TWA en el aeropuerto JFK de Nueva York (Saarinem). Para ser justos añadiremos que Frank Lloyd Wroght se adelantó a todos ellos introduciendo columnas fungiformes (con forma de hongo) en las oficinas administrativas de Johnson Wax (Racine, Wisconsin, 1939) y un esqueleto de criatura abisal en la torre para los despachos de los ejecutivos.
En los años sesenta la aplicación del estilo orgánico al interior, materializada casi invariablemente con hormigón, resultaba muy onerosa y se aplicaba solo a edificios de carácter representativo. Así, algunos arquitectos de gran renombre por sus muebles orgánicos, como Arne Jacobsen, nunca construyeron un interior de estilo orgánico.
Oscar Niemeyer, Catedral Nossa Senhora Aparecida, Brasilia.
Finalmente, en el siglo XXI el orgánico comienza a ser posible gracias a las "pieles" o revestimientos de materiales sintéticos, de precio más razonable y menores dificultades técnicas. Zaha Hadid es la gran representante del orgánico en nuestros días y es capaz de incorporarlo a espacios reducidos como la habitación de un hotel.  






Saarinem, Terminal TWA en el aeropuerto JFK, 1958, Nueva York.
  
Sainz de Oiza, Torres Blancas, Madrid

Zaha Hadid, habitación en el hotel Silken 
Puerta de América (Madrid). Foto de Rafael Vargas




Giorgio Borruso y Marina del Rey, showroom de Fornari, 
Milán (Italia), 2010. Este interior fue premiado por la 
Asociación Internacional de Interioristas (IIDA)





























3.  MUEBLES

En las casas modernas todos los muebles de almacenaje (baldas, armarios) se limitan a tramas ortogonales (estilo funcionalista), mientras los de asiento adquieren volúmenes envolventes de inspiración orgánica.

Estados Unidos e Inglaterra      La silla es casi el mueble fetiche del estilo orgánico desde que Eero Saarinen  (silla Tulip, 1955) y Charles Eames  (Lounge chair, La chaise) lograran curvar láminas de contrachapado de madera y ganar el concurso “Diseño Orgánico para el Hogar” celebrado en 1940 (USA). El contrachapado consiste en capas finas de madera pegadas entre sí con las fibras en direcciones alternas para mejorar la resistencia.  En Inglaterra, el matrimonio Robin y Lucienne Day diseñaron las sillas Hillestak (1950), Hille (1963) y Polyside (1962), madres de la mayoría de las sillas apilables que puedan encontrarse en el mercado.


 
De arriba a abajo: Lounge Chair (Eames), silla polyside (Day) y Tulip (Saarinem)


 

  
Russell Wright, Mesita de café, década 1940


 


  

 

 

 

 

 


Escandinavia     La contribución al mueble de Alvar Aalto fue decisiva en los años treinta porque al admitir el empleo de la madera (riqueza de su región) quebró el prejuicio funcionalista de circunscribirse a los materiales industriales. Acerca de su trabajo en el Sanatorio de Paimio, dijo: “Dirigimos nuestros pasos hacia las piezas de madera porque los muebles cromados y niquelados nos parecían psicológicamente demasiado duros para las personas enfermas”. Aalto utilizaba madera de abedul prensada, particularmente flexible.
La madera caldea el riguroso estructuralismo del mueble escandinavo. Los padres del diseño escandinavo fueron Alvar Aalto, Bruno Mathson y Hans Wegner. Después de 1945 destacó el danés Arne Jacobsen, creador de las sillas más plagiadas del siglo XX, la Hormiga de 1951 y la 3017 de 1955, en ambos casos utilizando contrachapado de madera moldeado, una técnica desarrollada en aeronáutica a lo largo de la II Guerra Mundial.


Alvar Aalto, carrito, década de 1937

Aalto, sillón nº 31, 1935


Bruno Mathsson, tubona Pernilla, 1942

Arne Jacobsen, sillas Hormiga y 3017, 1951 y 1955
Arne Jacobsen, silla Huevo, 1958

 













Italia y otros países     En los años 60 arrasa el diseño italiano. Las Trienales milanesas fueron un must de la actualidad mobiliaria. El diseño italiano de muebles parte de nombres lejanos como Gio Ponti, de estilo muy cercano al de los escandinavos, y Carlos Mollino, orgánico y surrealista


Carlo Mollino, mesa Arabesque, 1950


Carlo Mollino, silla Gaudí


 


 






Ron Arad, librería Bookwork, 1992

Vico Magistretti, silla Selene, 1969

Werner Panton, silla apilable Panton, 1960