EL CLASICISMO ETERNO El lujo continúa vistiéndose con estilo clásico. Los denominados “estilos cultos” del mueble continúan habitando los salones, bares y dormitorios de los interiores de cinco estrellas en hoteles, casinos y transatlánticos. Por supuesto, la reproducción del clasicismo no es necesariamente servil ni literal, sino con mayor frecuencia irónica, aún en consonancia con el espíritu posmoderno.
Dos subestilos clásicos son los más utilizados en este comienzo de siglo XXI: el neoclásico Luis XVI y el aerodinámico.
Arquitectos Behnisch, restaurante Haus im Haus, Hamburgo, 2009,
primer premio de la IIDA en la edición del mismo año. Incorporación
de un restaurante autónomo dentro de un patio neoclásico. La estructura
de vidrio y metal se adscribe al high-tech, pero el amueblamiento al
neoclásico, con tapizado capitoné. En el vestíbulo, girándula de
lágrimas y sillones Chesterfield.
Adam Tihany, vestíbulo del hotel King David en Jersualén, 1998. Eclecticismo
clásico y cromatismo streamline.
Hotel "Das Stue" en Berlín, interiorismo de Patricia Urquiola. Seguiramente la serie de televisión Mad Men sea la inspiración de numerosos espacios de la segunda década del siglo XXI.
Philippe Starck, silla “Península”. Uno
de los éxitos indiscutibles del gigante Starck; se vende tapizada,
calada y hasta transparente. Revisión del estilo Luis XVI con respaldo
"a la reine".
Jaime Hayón, lámpara “Josephine” con pie abalaustrado.
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Joris Laarman para Droog Design, radiador "Heat wave", 2003, simulando roleos de acanto.
Diversos diseños de Tord Boontje:
un tejido de tapicería cuyo motivo floral se logra con impresión
digital (para la empresa Kvadrat).
Tord Boontje: una cortina de microfibra calada por
medio de cortes de láser (para Moroso, 2004).
Tord Boontje: lámpara Garland, casi
rococó en su literal naturalismo (para Habitat, 2002)
Papel pintado "Zebraskog", diseño de Hanna Werming, 2004
Papel pintado "Eslimi" de Paraston Forouhar, 2003, sobre motivos genitales.
Arquitectos Behnisch, restaurante Haus im Haus, Hamburgo, 2009, primer premio de la IIDA en la edición del mismo año. Incorporación de un restaurante autónomo dentro de un patio neoclásico. La estructura de vidrio y metal se adscribe al high-tech, pero el amueblamiento al neoclásico, con tapizado capitoné. En el vestíbulo, girándula de lágrimas y sillones Chesterfield. |
Adam Tihany, vestíbulo del hotel King David en Jersualén, 1998. Eclecticismo clásico y cromatismo streamline. |
Hotel "Das Stue" en Berlín, interiorismo de Patricia Urquiola. Seguiramente la serie de televisión Mad Men sea la inspiración de numerosos espacios de la segunda década del siglo XXI. |
Philippe Starck, silla “Península”. Uno de los éxitos indiscutibles del gigante Starck; se vende tapizada, calada y hasta transparente. Revisión del estilo Luis XVI con respaldo "a la reine". |
Jaime Hayón, lámpara “Josephine” con pie abalaustrado.. |
Joris Laarman para Droog Design, radiador "Heat wave", 2003, simulando roleos de acanto. |
Diversos diseños de Tord Boontje: un tejido de tapicería cuyo motivo floral se logra con impresión digital (para la empresa Kvadrat). |
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Papel pintado "Zebraskog", diseño de Hanna Werming, 2004 |
Papel pintado "Eslimi" de Paraston Forouhar, 2003, sobre motivos genitales.
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