49. Actualidad: pervivencia Art Decó

EL CLASICISMO ETERNO     El lujo continúa vistiéndose con estilo clásico. Los denominados “estilos cultos” del mueble continúan habitando los salones, bares y dormitorios de los interiores de cinco estrellas en hoteles, casinos y transatlánticos. Por supuesto, la reproducción del clasicismo no es necesariamente servil ni literal, sino con mayor frecuencia irónica, aún en consonancia con el espíritu posmoderno.

Dos subestilos clásicos son los más utilizados en este comienzo de siglo XXI: el neoclásico Luis XVI y el aerodinámico.

    

Marc Newson, Restaurante Leverhouse, 2003, Nueva York
Las sillas de este restaurante revelan su condición 
moderna en material, manufactura y ausencia de 
decoración aplicada; sin embargo, el resultado repite
 la tipología tradicional y una volumetría 
cercana al Luis XVI. El interior se compartimenta como 
una basílica desde una falsa bóveda de casetones-luminarias
 y se proyecta en perspectiva hacia el ábside-bar. 
Las ventanas que separan la nave lateral y 
el hueco de la puerta hacia el WC proceden del estilo aerodinámico.


 

Ron Arad, restaurante del Hotel Duomo, 2006, Rímini. Planteamiento similar al anterior, pero esta vez la distribución en naves obtiene poderosas y brillantes columnas de aspecto sumamente lujoso. La sillería ofrece un contrapunto, en mi opinión, grueso.







   

Marc Newson, Tienda de Azzedyne Alaia, 2006, París. El mármol, la columna-banco y el óculo cenital decorado con bronce dorado proceden del estilo napoleónico. Los armaritos empotrados asemejan ventanillas de un avión y remiten al clasicismo aerodinámico.








Jaime Hayón, restaurante del Casino de Madrid, 2009. Nos recibe un sillón confesional humorístico, pues recuerda a la capota de un cochecito de bebé. El espacio se ordena como en un cuadro renacentista: suelos de damero, naves, ábside. La sillería es de estilo Luis XVI.




Arquitectos Behnisch, restaurante Haus im Haus, Hamburgo, 2009, primer premio de la IIDA en la edición del mismo año. Incorporación de un restaurante autónomo dentro de un patio neoclásico. La estructura de vidrio y metal se adscribe al high-tech, pero el amueblamiento al neoclásico, con tapizado capitoné. En el vestíbulo, girándula de lágrimas y sillones Chesterfield.

   
 
   

Tjep (Frank Tjepkema y Janeeke Hooymann), restaurante Prat, 2008, Amersfort (Países Bajos). Las mismas mesas que acabamos de ver, el suelo también visto en el Casino de Madrid, pero colorido juvenil y referencias infantiles (una mesa cerrada al frente por un bastidor que parece la carrocería de un camión). Planteamiento espacial oblicuo para ir descubriendo un restaurante al mismo tiempo tan diverso y homogéneo como un parque temático.





Adam Tihany, vestíbulo del hotel King David en Jersualén, 1998. Eclecticismo clásico y cromatismo streamline.

  
Hotel "Das Stue" en Berlín, interiorismo de Patricia Urquiola. Seguiramente la serie de televisión Mad Men sea la inspiración de numerosos espacios de la segunda década del siglo XXI.
 

Jasper Morrison, silla “Bassel”, 2008. Morrison rara vez se aparta del género tipológico en sus muebles. Su trabajo consiste en vaciar, limpiar y pulir, para ofrecernos la quintaesencia del clasicismo.

  

Philippe Starck, silla “Península”. Uno de los éxitos indiscutibles del gigante Starck; se vende tapizada, calada y hasta transparente. Revisión del estilo Luis XVI con respaldo "a la reine".

  










Vicente Soto, asientos "Lider 700", 2004. Con el mismo criterio que Morrison, Soto acerca el banco clásico y tipológico a la sensibilidad minimalista.




Jaime Hayón, lámpara “Josephine” con pie abalaustrado.

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En 2008 Ikea incrementó su oferta de estilo clásico, hasta entonces limitada a las colecciones Hemnes, Flaren, Liatorp y Aspelund (que no es poco), con dos nuevas familias: Trollsta y Stockholm. No se me ocurre confirmación más convincente del auge del clasicismo.



 

Joris Laarman para Droog Design, radiador "Heat wave", 2003, simulando roleos de acanto.











  

 

 

Diversos diseños de Tord Boontje: un tejido de tapicería cuyo motivo floral se logra con impresión digital (para la empresa Kvadrat).

 

Tord Boontje:  una cortina de microfibra calada por medio de cortes de láser (para Moroso, 2004).






Tord Boontje: lámpara Garland, casi rococó en su literal naturalismo (para Habitat, 2002)




Papel pintado "Zebraskog", diseño de Hanna Werming, 2004


 

Papel pintado "Eslimi" de Paraston Forouhar, 2003, sobre motivos genitales.