9. Egipto y Mesopotamia en la escenografía

IMAGEN DE OPRESIÓN      Egipto antiguo es una referencia frecuente en obras muy conocidas por el público occidental, como el drama bíblico Los diez mandamientos, llevada al cine en numerosas ocasiones, tanto en imagen real como en animación, y en una de las óperas más programadas de los últimos ciento cincuenta años, la ópera de Verdi, Aída. En ambos casos la referencia al país del Nilo hace hincapié en el poder represivo y omnisciente de la clase sacerdotal y política y en la crueldad de los métodos.  

 

Escenificación de Aida en 2020, Barcelona: Teatro del Liceu. El título más programado en la capital de Cataluña, Aída, acostumbra montarse con los telones pintados según diseños de Josep Mestres Cabanes en 1944. Los colosos y la arquitectura de gran escala en columnas y vigas aumentan la sensación de claustrofobia y opresión política. 


Mesopotamia      Por el contrario, los imperios mesopotámicos, mucho menos conocidos, apenas son populares porque nos han dejado restos arqueológicos poco o nada espectaculares. Y todavía hoy es raro encontrar narraciones ficticias, en el cine o en los libros ilustrados, que se ambienten en Babilonia, Nínive o Persépolis, por muy brillantes que fueran en sus días de esplendor. Traemos imágenes de dos excepciones. 

  

Escenificación del Templo de Dagon en la película de Cecil B. DeMille, Sansón y Dalila, éxito de 1949. Como en Egipto, el colosalismo arquitectónico y escultural representan la opresión sobre el pueblo, en este caso, los filisteos. Este fastuoso escenario, patio de doble claustro con frente de zigurat escalonado y gran ídolo, fue una aplaudida escenografía y recabó un Oscar de la academia de Hollywood.